El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestra época, y gran parte de la responsabilidad recae en las emisiones de CO que provienen del coche. Por ejemplo, los vehículos con motores de combustión interna contribuyen significativamente al calentamiento global a través de la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, hay acciones que cada persona puede llevar a cabo para reducir su huella de carbono y avanzar hacia un futuro más sostenible. Por eso, desde Midas, vamos a profundizar sobre cómo reducir nuestras emisiones de CO2 y qué alternativas y cambios de hábitos pueden ayudarnos a ser más responsables con el medio ambiente.
El impacto de las emisiones CO2 de los coches
Los coches que utilizan gasolina o diésel son grandes emisores de CO2. Esto hace que el transporte por carretera sea uno de los mayores responsables de la emisión de gases de efecto invernadero a nivel global. Es por ello que resulta crucial que todos los conductores sean conscientes del impacto que tiene su vehículo en el planeta. Un reciente estudio que hemos llevado a cabo desde Midas reveló que el 63% de los españoles ha modificado sus rutinas de desplazamiento y el medio de transporte que utiliza debido a la situación actual de la movilidad urbana. Este cambio refleja una creciente preocupación por reducir las emisiones de los coches y adoptar alternativas más sostenibles.
La movilidad sostenible: coches eléctricos y nuevos hábitos
En cuanto a las soluciones, la transición hacia coches eléctricos o híbridos enchufables es una de las maneras más efectivas de disminuir las emisiones de CO2. Los vehículos eléctricos no producen emisiones directas durante su uso, mientras que los híbridos enchufables permiten recorrer distancias cortas en modo eléctrico, reduciendo significativamente la cantidad de CO2 emitido . A medida que la electricidad se genere de fuentes renovables, el impacto ambiental de estos coches será cada vez menor, acercándonos al objetivo de cero emisiones.
El futuro del transporte depende de nuestra capacidad de adoptar tecnologías más limpias y de cambiar nuestros hábitos de desplazamiento. Aun así, este es un proceso que se encuentra en desarrollo. De hecho, según el mencionado estudio que realizamos se revela que solo 1 de cada 4 españoles ya ha optado por fórmulas de movilidad sostenible como el uso de patinetes eléctricos o bicicletas.
Sin embargo, se percibe en la sociedad un creciente interés por opciones de movilidad más sostenibles, el cual refleja un cambio importante en la mentalidad de los ciudadanos. Se está produciendo una transición hacia modelos de transporte más conscientes y responsables con el medio ambiente, lo que resulta crucial para reducir la huella de carbono global y frenar el cambio climático.
Hábitos cotidianos para reducir tu huella de carbono
Adoptar coches eléctricos o híbridos enchufables es una de las maneras de reducir las emisiones de CO2 provenientes del transporte, pero la realidad es que el parque automovilístico español sigue estando dominado por vehículos de combustión. Si tienes uno de estos, presta atención porque puedes adoptar una serie de buenas prácticas para minimizar tu impacto ambiental.
Conduce de manera eficiente: Un estilo de conducción suave, evitando aceleraciones y frenadas bruscas, puede reducir el consumo de combustible en vehículos de combustión y mejorar la eficiencia de los vehículos eléctricos. Mantener una velocidad constante también contribuye a menores emisiones de CO2.
Aprovecha el carpooling y el transporte público: Compartir coche con otros pasajeros y utilizar el transporte público son maneras sencillas y efectivas de reducir el número de vehículos en circulación. Menos coches en las carreteras significa menos emisiones de CO2 emitidas.
Mantén tu vehículo en buen estado: Un coche con el mantenimiento correcto es más eficiente y consume menos energía. Realizar revisiones regulares, cambiar los filtros de aire y mantener los neumáticos correctamente inflados son pequeñas acciones que pueden ayudar a reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2. Desde Midas ofrecemos el servicio de LA Revisión Oficial Midas, exactamente igual a la del concesionario (se realiza conforme a las especificaciones del Libro de Mantenimiento del fabricante) pero hasta un 40% más barata.
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El cambio de neumáticos es una de las tareas más fundamentales y esenciales dentro del mantenimiento regular de cualquier vehículo, ya que son el único punto de contacto directo entre el coche y la carretera. A pesar de su importancia, muchas personas no le prestan la atención que merece, y en especial, desconocen la relevancia de seleccionar neumáticos cuya equivalencia corresponda a los que originalmente equipaba el vehículo al salir de fábrica. Elegir neumáticos adecuados no solo afecta el rendimiento y la eficiencia del coche, sino que también juega un papel crucial en la seguridad del conductor y los pasajeros, además de tener implicaciones legales importantes. Por eso, desde Midas te explicamos en detalle por qué tener en cuenta la equivalencia de los neumáticos es crucial, cómo hacerlo correctamente y cómo verificar si cumplen con la homologación establecida en la legislación vigente.
¿Qué es la equivalencia de neumáticos?
La equivalencia de neumáticos consiste en mantener un diámetro exterior y características lo más cercanas posible a las del neumático original. En otras palabras, hace referencia a la necesidad que las ruedas que montan nuestro vehículo sean homogéneas a las que montaba originalmente. Por tanto, al cambiar los neumáticos de un vehículo, es esencial que estos mantengan una equivalencia con los originales en términos de tamaño, capacidad de carga y categoría de velocidad.
¿Por qué elegir neumáticos equivalentes?
Mantener esta equivalencia garantiza que el coche conserve su comportamiento en carretera, asegurando una conducción segura y eficiente. Esto es importante, ya que cualquier desviación significativa en la equivalencia de neumáticos puede afectar la estabilidad, el consumo de combustible y la precisión del velocímetro.
El Real Decreto 2822/1998 establece que los neumáticos con equivalencia deben tener un diámetro exterior que no difiera más de un 3% del neumático original. Además, deben respetar los códigos de velocidad y la capacidad de carga indicados por el fabricante del vehículo en la ficha técnica o tarjeta ITV. Si los neumáticos no cumplen con estas normativas, no solo se compromete la seguridad del vehículo, sino que además podría tener problemas durante la inspección técnica o ITV.
¿Cómo elegir neumáticos equivalentes?
Conocer la equivalencia de los neumáticos puede parecer complicado, pero siguiendo una serie de pasos sencillos puedes asegurarte de realizar la elección correcta. Lo primero que debes hacer es revisar la tarjeta de inspección técnica de tu coche, donde encontrarás información crucial como las dimensiones del neumático original, la capacidad de carga y la categoría de velocidad recomendada por el fabricante del vehículo.
Por ejemplo, si tu coche usa neumáticos con medidas 205/55 R16, una equivalencia de neumáticos podría ser 215/50 R16, siempre que respete la capacidad de carga y el código de velocidad. Cada número tiene un significado especial:
205: Ancho del neumático en milímetros.
55: Relación de aspecto (porcentaje de la altura respecto al ancho).
R16: Diámetro del rin en pulgadas.
Existen tablas de equivalencia de neumáticos que te ayudan a identificar qué otras medidas son compatibles con tu coche.
Ancho
Relación de aspecto
Diámetro Rin
Equivalencia 1
Equivalencia 2
Equivalencia 3
195
65
R15
205/60 R15
215/55 R15
187/70 R15
205
55
R16
215/50 R16
225/45 R16
195/60 R16
225
45
R17
235/40 R17
245/35 R17
215/50 R17
235
40
R18
245/35 R18
255/30 R18
225/45 R18
245
35
R19
255/30 R19
265/25 R19
235/40 R19
Comprueba la homologación de tus neumáticos
Cada vehículo tiene especificaciones técnicas precisas, como el tamaño, el índice de carga, el índice de velocidad y las características del neumático, que están homologadas por el fabricante.
Estas especificaciones aseguran que los neumáticos seleccionados se ajusten adecuadamente a las condiciones de funcionamiento del vehículo, ofreciendo el rendimiento para el que fue diseñado. La homologación toma en cuenta factores como el peso del coche, la potencia del motor, el tipo de tracción, la velocidad máxima y las características de manejo.
Antes de instalar nuevos neumáticos, es recomendable consultar con un profesional o utilizar herramientas en línea para verificar la equivalencia de los neumáticos. De este modo, evitarás problemas y te asegurarás de que los neumáticos que has elegido son adecuados y legales. Finalmente, recuerda que las llantas también deben ser compatibles con los neumáticos seleccionados, ya que un mal ajuste podría afectar gravemente la seguridad y el rendimiento del coche.
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Durante el verano, cuando las temperaturas alcanzan su punto más alto, todos buscamos maneras de mantenernos frescos y evitar el calor abrasador. Tu coche no es la excepción. Al igual que nosotros necesitamos hidratación y aire acondicionado para soportar el calor, tu vehículo depende de un sistema de enfriamiento eficiente para evitar que su motor se sobrecaliente. En el interior de este sistema se encuentra la bomba de agua, una pieza esencial que trabaja para mantener tu coche a salvo.
¿Qué es la bomba de agua del coche?
La bomba de agua es uno de los componentes fundamentales en el sistema de enfriamiento de un automóvil. Desde Midas, queremos darle visibilidad, ya que a menudo pasa desapercibida para la mayoría de los conductores. Su función es crucial para mantener el motor en funcionamiento óptimo, ya que se encarga de hacer circular el refrigerante a través del motor y el radiador, asegurando que la temperatura del motor se mantenga dentro de los límites adecuados.
¿Cómo funciona la bomba de agua del coche?
La bomba de agua en un coche opera como el corazón del sistema de enfriamiento. Este dispositivo está conectado al cigüeñal del motor mediante una correa o cadena. Cuando el motor está en funcionamiento, la correa mueve la polea de la bomba, lo que a su vez hace girar un eje conectado a un impulsor dentro de la bomba.
Este componente, es una especie de hélice con palas curvadas que se encuentra sumergido en el refrigerante. A medida que el impulsor gira, crea una fuerza centrífuga que empuja el refrigerante desde el centro del impulsor hacia los bordes exteriores hasta llegar al motor, donde absorbe el calor generado por la combustión interna.
Tipos de bombas de agua
Este elemento cuenta con una determinada clasificación que todo conductor debe conocer:
Bombas de agua mecánicas: En ellas el refrigerante extrae el calor del bloque del motor y la culata, liberándose al aire a través del radiador. Dependiendo de su diseño, estas bombas de agua pueden estar montadas en una carcasa externa al motor o directamente en el bloque del motor.
Bombas de agua eléctricas: Contribuyen a disminuir las emisiones en motores modernos al ajustar el flujo de refrigerante según las necesidades, independientemente de las revoluciones del motor. Al reducir la potencia requerida, disminuyen las pérdidas por fricción, el consumo de combustible y las emisiones de contaminantes.
Bombas de agua variables: Destacan por operar solo cuando es necesario, lo que mejora la eficiencia del motor, reduce el consumo de combustible y disminuye las emisiones contaminantes.
Mantenimiento de la bomba de agua
El cuidado y mantenimiento adecuado de la bomba de agua del coche es esencial para garantizar un funcionamiento óptimo del motor y evitar sobrecalentamientos. Para prolongar su vida útil, es importante seguir algunas recomendaciones.
Primero, es fundamental revisar regularmente el nivel y la calidad del refrigerante. Un refrigerante sucio o bajo puede causar corrosión y desgaste en la bomba. Cambiar el refrigerante según las indicaciones del fabricante es clave para evitar depósitos y la formación de óxido.
Además, se debe inspeccionar periódicamente las correas y poleas que accionan la bomba de agua. Una correa desgastada o mal tensada puede afectar el funcionamiento de la bomba, llevando a fallos en el sistema de enfriamiento.
También es recomendable estar atento a cualquier ruido inusual o fugas de refrigerante, ya que estos pueden ser indicativos de problemas en la bomba de agua.
¿Cuándo cambiar la bomba de agua del coche?
Como se ha recalcado en el apartado anterior, es imprescindible contar con un buen mantenimiento de la bomba de agua. De no ser así, tu coche se puede enfrentar a diferentes problemas que serán complicados de solventar:
Sobrecalentamiento del motor: Sin una circulación adecuada del refrigerante, la temperatura del motor puede elevarse rápidamente, lo que puede causar daños irreparables y poner en peligro a los ocupantes.
Daños de otros componentes: Una bomba de agua que funciona mal puede afectar otros elementos del sistema de enfriamiento, como el radiador y el termostato, lo que puede llevar a reparaciones más costosas.
Frenazos inesperados: Si la bomba de agua no funciona, los problemas que se generen pueden producir paradas en seco mientras se conduce, dejando el coche inoperativo, pudiendo provocar grandes accidentes.
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Cuidar de tu coche no debería quedar en segundo plano. Cada cierto tiempo debemos revisarlo en detalle prestando atención incluso a aquellos elementos que no consideras tan importantes. Se suele hablar de la revisión de neumáticos, del nivel de aceite, de la dirección hidráulica… Pero hay un componente del coche que hay que se nos suele escapar: el líquido refrigerante.
El líquido refrigerante es esencial para el correcto funcionamiento del motor de un coche. Su principal función es absorber y disipar el calor generado por el motor durante su operación. Sin este proceso, el motor se sobrecalentaría rápidamente, principalmente en la época estival, lo que podría causar daños graves y costosos. También protege los componentes metálicos del motor y del sistema de refrigeración contra la corrosión, y evita la formación de depósitos y acumulación de sedimentos que podrían obstruir los conductos del sistema de refrigeración.
El líquido refrigerante está compuesto principalmente de una mezcla de 10% de agua y 90% de etilenglicol. Este compuesto químico se usa debido a su eficacia en la transferencia de calor y su capacidad para bajar el punto de congelación del agua. Sin embargo, es tóxico, por lo que se debe manejar con cuidado.
¿Qué pasa si el coche se queda sin líquido refrigerante?
Mantener un nivel adecuado es crucial para el rendimiento y el mantenimiento del motor del vehículo. Un sistema de refrigeración eficiente asegura que el motor opere dentro de una temperatura óptima, lo que mejora el rendimiento del combustible y reduce las emisiones. Con el también conocido como anticongelante se consigue mantener una temperatura media de 90ºC. Ignorar la importancia del refrigerante puede derivar en averías costosas, fallos del motor y, en casos extremos, daños irreparables. Conducir con un nivel bajo de líquido refrigerante deriva en diferentes problemas técnicos:
Sobrecalentamiento del motor: El motor puede sobrecalentarse rápidamente. Esto puede causar daños graves y costosos a varias partes del motor.
Daño a la junta de culata: El sobrecalentamiento puede causar que la junta de culata falle, lo que puede llevar a fugas de aceite y líquido refrigerante.
Fallo de la bomba de agua: La bomba de agua, por la que circula el líquido refrigerante a través del motor, puede dañarse si se queda sin líquido refrigerante. Es por ello que podría dejar de funcionar correctamente y producir fallos en el vehículo.
Daño al bloque del motor: En casos extremos, el sobrecalentamiento puede causar que el bloque del motor se agriete, suponiendo incluso el reemplazo completo del motor.
Pérdida de rendimiento: Un motor sobrecalentado puede funcionar mal, perdiendo potencia y eficiencia, afectando directamente sobre el rendimiento general del vehículo.
Tipos de líquidos refrigerantes
Existen varias variedades de refrigerantes, cada una diseñada para diferentes tipos de motores y condiciones de operación. Podemos clasificar los líquidos refrigerantes en varias categorías:
Refrigerante orgánico: Compuesto por carbono, hidrógeno y flúor, que garantiza la protección contra la corrosión. Destaca por su estabilidad a largo plazo y ser biodegradable, siendo menos dañino para el medio ambiente.
Refrigerante inorgánico: Al igual que el anterior, contiene etilenglicol, pero utiliza otros productos, como los silicatos, para evitar el desgaste del coche.
Refrigerante anticorrosivo: Incluye composiciones anticorrosivas para evitar el deterioro en los componentes del sistema de refrigeración. Previene el sobrecalentamiento, la congelación en invierno y la formación de óxidos metálicos.
Refrigerante anticongelante: Creado especialmente para climas extremadamente fríos, con puntos de congelación muy por debajo de cero grados.
Errores comunes en relación al líquido refrigerante
Uno de los errores más comunes es no revisar y cambiar el refrigerante con la frecuencia recomendada. Con el tiempo, los elementos protectores del refrigerante se agotan, reduciendo su capacidad para proteger el motor y el sistema de refrigeración. Otro error frecuente es mezclar diferentes tipos de refrigerantes, lo que puede reducir su eficacia y causar la formación de sedimentos que obstruyen el sistema de refrigeración.
Además, algunos conductores utilizan solo agua en lugar de una mezcla de agua y refrigerante. El agua ayuda a enfriar el motor, no proporciona protección contra la corrosión ni tiene un punto de congelación y ebullición adecuados. Por último, llenar en exceso o insuficientemente el depósito de refrigerante puede causar problemas de sobrecalentamiento o falta de circulación adecuada del líquido.
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El verano ha llegado y, por mucho que te guste, puede llegar a convertirse en tu peor enemigo. Durante esta estación, las temperaturas aumentan de manera constante y, con ellas, el riesgo de que tu vehículo sufra diversos problemas relacionados con el calor. El calor extremo puede afectar a la carrocería, que puede deteriorarse bajo el sol abrasador, o la tapicería, que puede desvanecerse y agrietarse, pero también puede causar daños significativos a una de las partes más cruciales: el motor, el corazón de cada vehículo.
Durante el verano, el motor se ve más exigido debido a las altas temperaturas, por lo que uno de los problemas más comunes y potencialmente dañinos que puede sufrir es un sobrecalentamiento. Por este motivo, desde advertimos de que es fundamental prestar una atención especial al motor durante los meses de verano y analizamos cuáles son los posibles indicios, causas y recomendaciones para prevenir un sobrecalentamiento en el motor.
Indicios del sobrecalentamiento del motor
En primer lugar, el aumento de la temperatura del motor se manifiesta cuando la aguja del indicador en el tablero sube hacia la zona roja, señalando que el motor está funcionando a una temperatura más alta de 90 grados centígrados. Otro síntoma claro es la aparición de humo saliendo del capó, generalmente causado por el refrigerante que se evapora debido a las altas temperaturas. Además, el olor a quemado puede ser otro indicio de sobrecalentamiento, proveniente de los componentes de goma, plástico o incluso del aceite que prende debido al calor excesivo.
Si notas que tu coche pierde potencia y no responde como debería, el sobrecalentamiento del motor podría ser la causa. También, las luces de advertencia en el tablero, como la luz de temperatura del motor, pueden encenderse para alertarte de que algo no está bien. Al igual que los ruidos inusuales provenientes del motor, como golpes o silbidos, pueden indicar que el motor está sobrecalentado y algunos de sus componentes están fallando debido al calor.
Si percibes algunos de estos signos, no dudes en estacionar tu coche inmediatamente (y de forma segura) y llamar a un profesional que pueda solucionarte el problema.
Causas del sobrecalentamiento
Con respecto a las causas, las principales razones que se encuentran tras este tipo de averías son:
Fallos con el refrigerante: El refrigerante es crucial para mantener la temperatura del motor bajo control. Si hay fugas, radiadores dañados o el nivel de refrigerante es bajo, el motor puede sobrecalentarse.
Termostato defectuoso: El termostato regula el flujo del líquido refrigerante en el motor que llega hasta el radiador. Si no funciona correctamente, puede impedir que el refrigerante circule adecuadamente y que se sobrecaliente el motor.
Radiador obstruido o dañado: El radiador es responsable de disipar el calor del refrigerante. Si está obstruido, sucio o dañado, no podrá realizar su función de manera eficiente.
Bomba de agua defectuosa: La bomba de agua ayuda a mover el refrigerante a través del motor. Una bomba dañada puede interrumpir este flujo, causando un sobrecalentamiento.
Falta de aceite lubricante: El aceite, además de lubricar el motor también ejerce una función refrigeradora. Hay que mantener un nivel adecuado de aceite y que este sea de buena calidad para que no genere calor adicional.
5 consejos para prevenir el sobrecalentamiento del motor
Desde Midas te ofrecemos cinco consejos que debes seguir para poder impedir el sobrecaliento del motor de tu vehículo.
Revisar frecuentemente el nivel de refrigerante:
Asegúrate de que el refrigerante esté siempre en el nivel adecuado. Revisa el depósito de expansión y llena según sea necesario. Revisa periódicamente el radiador, las mangueras y las conexiones en busca de fugas, daños o desgaste.
Cambiar el refrigerante según el programa de mantenimiento: El refrigerante se deteriora con el tiempo y pierde su eficacia. Sigue las recomendaciones del fabricante del coche para los intervalos de cambio.
Verificar el funcionamiento del ventilador del radiador: Asegúrate de que el ventilador funcione correctamente, especialmente en condiciones de alta temperatura y tráfico lento.
Mantenimiento del termostato y la bomba de agua: Sustituye el termostato y la bomba de agua según las recomendaciones del fabricante o si muestran signos de fallo, no lo dejes pasar.
Mantener limpio el radiador: Asegúrate de que el radiador esté limpio y libre de obstrucciones para permitir una correcta disipación del calor. Aprovecha para limpiar las ranuras en las que se puede acumular polvo y otros residuos.
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Trucos y consejos para proteger tu coche del calor extremo
¡Llega el verano y con él, el calor! Para muchos, estas temperaturas extremas son una mezcla de emociones: algunos las temen, mientras que otros las disfrutan plenamente. No obstante, todos debemos ser conscientes del cuidado que requiere nuestra piel bajo el calor extremo. El uso de crema solar es indispensable para prevenir quemaduras y otros daños cutáneos. Pero no solo nuestro cuerpo necesita protección, también nuestros vehículosmerecen atención especial durante esta temporada. No te olvides de proteger tu coche del sol, es más importante de lo que piensas.
Hasta los máximos profesionales han avisado de la que se avecina en esta nueva época estival. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha pronosticado que hay entre un 70% y un 100% de posibilidades de que el verano de 2024 sea más cálido de lo normal en toda España.
Los efectos del sol y el calor se hacen notar en nuestro vehículo tanto por dentro como por fuera. Por ejemplo, el rendimiento del motor podría bajar, al igual que el estado de la carrocería que se puede deteriorar por la exposición a los rayos solares. Por otro lado, si quieres proteger tu coche, debes saber que al desgastarse el barniz por el calor extremo, la resistencia disminuye y el automóvil llegaría incluso a perder su característico brillo. En cuanto a los faros también ven deteriorado su color natural y provocan cambios destacables durante la conducción. Sin duda, el calor extremo es mucho más peligroso de lo que parece.
Por ello, desde Midas te damos las claves para poder proteger tu vehículo del sol. Coge papel, boli y apunta.
5 recomendaciones para proteger tu coche del sol
1. Aparcar en la sombra
Cuando estaciones intenta buscar la sombra. Los grados serán los mismos, pero la incidencia del sol será menor, ya que se evita la radiación de forma directa, previniendo el desgaste de ciertas zonas del exterior del vehículo. Lo ideal es dejar el coche al sol temprano en la mañana o después del atardecer. Debes evitar estacionarlo entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m., ya que durante estas horas el sol está en su punto más alto y las temperaturas son más elevadas.
2. Utilizar cera termoprotectora
Al igual que tú necesitas echarte crema solar para no quemarte la piel, el automóvil puede pulirse con esta cera que consigue que no se pierda el brillo del automóvil. Está compuesta principalmente por cera natural y su principal misión es conversar el aspecto natural de la carrocería, previniendo la decoloración y el desgaste de la pintura. Además, existen diferentes formatos en los que aplicar la cera: spray, líquida y crema. Empieza a usar cera termoprotectora y los rayos UV no podrán dañar tu coche.
3. Hacer lavados frecuentes
Del mismo modo que las personas nos refrescamos para contrarrestar las altas temperaturas, para proteger el coche del sol es recomendable lavar el vehículo con cierta recurrencia.
4. Usar parabrisas adecuados
El parabrisas evita la mayor parte de los daños que puede sufrir el salpicadero debido al sol. De hecho, si cuentas con parabrisas laterales puedes proteger tu coche del sol de una forma mucho más efectiva gracias a poder cubrir correctamente todos los cristales.
5. Tener en cuenta los accesorios
Para aumentar la protección del interior del coche puedes recurrir a fundas para el coche, que lo cubran de manera completa, a cubiertas para asientos y volante, procurando que no se dañe la tapicería, y a ventiladores solares, que funcionan mediante la energía del sol.
No olvides revisar el vehículo por completo
Para no morir de calor en el intento revisa el sistema de aire acondicionado para asegurarte de que esté en buen estado y funcione correctamente. Un sistema de aire acondicionado eficiente no solo proporciona comodidad en el interior del vehículo, sino que también contribuye al funcionamiento óptimo del motor.
Además, verifica los niveles de refrigerante y mantenlos en su baremo adecuado para evitar el sobrecalentamiento del motor. Esto es crucial para la salud del motor, especialmente durante las altas temperaturas del verano.
Por otro lado, chequea los neumáticos, ya que las altas temperaturas pueden aumentar la presión. La presión de los neumáticos tiende a variar con los cambios de temperatura, por lo que es importante revisarla y ajustarla según sea necesario. Mantener la presión correcta no solo garantiza la seguridad en la conducción, sino que también optimiza el rendimiento y la durabilidad de los neumáticos.
Siguiendo estos consejos y utilizando los accesorios adecuados, puedes proteger tu coche del sol y mantenerlo en buen estado durante todo el verano.
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