La limpieza del coche antes de un viaje se ha convertido en una de las rutinas más habituales junto a la revisión de los elementos de seguridad o la carga de combustible. Sin embargo en muchas ocasiones nos olvidamos de lavarlo al regreso, sin darnos cuenta de que se trata de algo fundamental también para el mantenimiento del propio vehículo.

Para controlar que nuestro coche esté en las mejores condiciones el mayor tiempo posible, a continuación os desvelamos algunos trucos para tener tu coche como una patena.

  • Mosquitos. Se trata de una de las manchas más habituales tras un viaje. Para quitar estos restos la mejor idea es humedecer la zona, es decir, cubrirlo con un paño mojado y dejarlo un rato antes de proceder a la limpieza habitual. De esta manera se reblandecen los restos de moscas y mosquitos, y es más sencillo de retirar.
  • Heces de pájaros. Estos temidos restos son altamente corrosivos, ya que incluyen un ácido que, al exponerse al sol y calor hacen que se fundan sobre la carrocería, convirtiéndolos en manchas casi imposibles de quitar. Por este motivo, cuando antes la quitemos, mejor. Además, cuanto más reciente sea menos tendremos que limpiar o raspar la superficie.
  • Faros. No debemos olvidar que los faros, por el hecho de ser la parte frontal del coche, reciben todos los impactos de insectos, arena, barro o lo que podamos encontrar por el camino, por este motivo necesitamos limpiar los focos del coche después de un viaje. Pasando un paño humedecido ayudaremos a quitar suciedad y a la vez fomentaremos la luminosidad.
  • Lunas. Ya sea antes o después de un viaje, mantener los cristales limpios es imprescindible para una correcta visibilidad. Usar productos como limpiacristales ayudará a evitar manchas y reflejos incómodos para la conducción.
  • Llantas y tapacubos. Si bien no se trata de un elemento de seguridad imprescindible, lo cierto es que mantener esta parte del vehículo limpia hará que se luzca mucho más. Para ello, basta con agua a presión. Existen algunos productos específicos, o incluso gente que usa limpiadores de horno, pero en realidad con agua y jabón será más que suficiente.

Una vez que tenemos todas las zonas del coche lavadas, lo más recomendable siempre es secarlas. En ocasiones, sobre todo cuando es verano, tendemos a dejarlo secar al aire, pero lo cierto es que es mejor utilizar una toalla o trapo seco y suave, reduciendo la posibilidad de marcas. Además, como protección del color, la mayoría de los fabricantes recomiendan un encerado al menos una vez al año, ya que, además de potenciar un buen tono, protege contra la incidencia de los rayos UVA.

Con estos sencillos pasos nuestro coche será la envidia del vecindario. Ya solo nos queda planificar el recorrido del próximo viaje.

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