Hoy en día casi todos los coches tienen incorporado el conocido control de estabilidad o ESP pero, ¿sabemos qué es realmente? Hoy desde Midas vamos a explicar qué es este sistema, cómo funciona y sus componentes, ¡no pierdas detalle!
Control de estabilidad
El control de estabilidad, también conocido como ESP es uno de los dispositivos de seguridad activa más importantes del vehículo, pero ¿de qué se trata?
Seguramente alguna vez habrás notado cómo perdías el control del coche y otras muchas habrás dicho u oído “se me fue el coche”… Pues, ¡exactamente eso es lo que evita el ESP! Su principal objetivo es corregir la trayectoria del coche de manera que no perdamos el control de este.
Esta maravillosa idea vino de la mano de Bosch y Mercedez-Benz, que en 1995 se unieron a través de una cooperación para lanzar al mercado el ESP, o en sus inicios Elektronisches Stabilitäts Programm.
Este dispositivo supuso tal avance en la historia de la seguridad en los coches que a partir de 2014 fue obligatorio incorporarlo en todos los vehículos, aunque es importante saber que dependiendo del fabricante del coche el ESP recibe otros nombres como: VSC (Vehicle Stability Control), VDC (Control dinámico del vehículo) o DSC (Control dinámico de estabilidad).
Cómo funciona el ESP
Seguramente en algún momento te hayas preguntado cómo, el ESP, es capaz de corregir la trayectoria del vehículo, y ¡nosotros tenemos la solución! El dispositivo tiene la capacidad de saber qué rueda debe frenar de manera que genere una fuerza opuesta a la que está provocando la pérdida del control del coche. ¡Una maravilla, vaya! Pero, ¿qué componentes son los que permiten esto?
Principales componentes del sistema de control de estabilidad
Como todos los dispositivos, el ESP está compuesto de varios componentes que hacen posible realizar su función. Estos componentes se basan en unos sensores, cada uno con un fin, que posibilitan mantener el control del coche en situaciones complicadas. En primer lugar, tenemos el sensor de ángulo de volante que proporciona la información sobre el movimiento del volante y está ubicado en la dirección por lo que es capaz de reconocer qué dirección es la que desea el conductor. Por otra parte, el sensor de giro de rueda, proporciona la velocidad de giro de cada rueda. Finalmente, el sensor de aceleración lateral es capaz de reconocer si el coche está derrapando o no, es decir, si describe la curva o no y, además, indica al control de estabilidad si debe actuar o no. Por último, pero no menos importante, tenemos el giroscopio, encargado de indicar al sistema si el vehículo está intentando girar sobre su propio eje.
Todos ellos componen el control de estabilidad o ESP tan importante para nuestra seguridad en el coche, por lo que no olvides que en Midas te ofrecemos LA Revisión Oficial de tu coche con hasta un 40% más barata respecto a la del fabricante.