Sufrir una avería en el embrague es más habitual de lo que parece, y puede suponer un desembolso importante si no lo reparamos cuanto antes.

El embrague es una pieza fundamental del vehículo que, de forma natural, se va desgastando progresivamente dando lugar al mal funcionamiento de nuestro coche. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un fallo en el embrague puede deberse a otros motivos y no solo a su naturaleza perecedera. El tiempo que tarde en dar problemas depende de diversos factores, entre los que destaca el buen o mal uso que se haga del mismo, siendo este último el desencadenante de que pueda sufrir una avería prematura.

En cualquier caso, es importante estar atentos a que nuestro embrague funciona correctamente. Por eso, para detectar las posibles averías que pueda sufrir y tomar las medidas adecuadas, desde Midas te explicamos su funcionamiento, así como algunos síntomas de que tu embrague está dañado:

¿Cómo funciona el embrague del coche? 

Todos los conductores sabemos que, básicamente, el embrague sirve para cambiar de marchas, pero eso no es todo. El embrague es una pieza mecánica imprescindible en un coche para transmitir la potencia al motor y a las ruedas, por lo que, sin ella, no podría moverse. Cuando lo pisamos, el motor se desacopla de la transmisión, por lo que la función exacta del embrague es la de separar o unir el giro del motor del coche a la transmisión, permitiéndonos engranar una marcha para liberar el movimiento hacia las ruedas motrices.

Así, un conductor utiliza el embrague para engranar las diferentes marchas y controlar la potencia de su vehículo, aumentándola o desmulléndola en un momento determinado.

¿Cómo saber si el embrague está averiado? 

Ante la duda del estado de nuestro embrague, podemos atender a varias señales o síntomas que nos indicarán si estamos ante una avería para actuar lo antes posible acudiendo a un taller para su correcta revisión, reparación o sustitución:

                Síntoma 1: El embrague patina

Se dice que el embrague patina cuando notas una pérdida momentánea de aceleración o de velocidad. Este síntoma indica, sin duda, que tu embrague está en mal estado. Esto nunca debe ocurrir y si lo hace, significa que se ha gastado, por lo que probablemente también veremos reflejado en el cuentarrevoluciones que la aguja sube pero que el vehículo no avanza porque el motor no es capaz de transmitir la potencia a la transmisión. De hecho, ésta es una de las causas más habituales por las que se daña el embrague.

                Síntoma 2: Olor a quemado

Cuando forzamos mucho al embrague (algo que suele ocurrir cuando comienza a desgastarse) este desprende un olor a quemado muy fácil de identificar. En ocasiones puede deberse a un sobreesfuerzo puntual, pero si vemos que el olor es recurrente, podemos estar, de nuevo, ante una avería del embrague por desgaste o por carbonización.

                Síntoma 3: Tirones al arrancar

Cuando el coche nos da tirones al arrancar o notamos que, en lugar de resbalar suavemente, se engancha repentinamente y luego pierde el contacto, puede estar asociado con que tengamos problemas en nuestro embrague. Aunque esto puede tener varias causas, la avería más común relacionada con este síntoma se conoce como alabeo del disco, que proviene de haya sufrido un calentamiento excesivo y se haya deformado.

                 Síntoma 4: El pedal se queda atascado

Si notamos que tras pisar el embrague el pedal tarda en regresar a su posición normal puede deberse, entre otros motivos, a un problema en el muelle de retorno, en el plato de presión del embrague o a una pérdida de fluido hidráulico en el bombín (que es el encargado de acoplar y desacoplar el disco de embrague y lleva un retén hermético para contener el líquido con el que funciona).

                 Síntoma 5: El embrague está más duro de lo habitual

Si notas que el embrague de tu coche está más duro de lo habitual, es otro síntoma de que el embrague está dañado. Probablemente, este signo esté indicando que la avería proviene del cable del embrague o del sistema hidráulico que lo acciona. Sin embargo, puede tratarse de cualquier otro problema que deberán confirmarte en un taller especializado.

Estas son solo algunos de los síntomas y fallos del embrague más comunes. Sin embargo, no debemos dar por hecho ningún diagnostico porque podría derivar en una avería aun mayor o estropear otros componentes de nuestro vehículo. Lo más recomendable es que, ante cualquier sospecha, dejes en manos de un taller la revisión de tu embrague. Además, los expertos de Midas recomendamos no esperar a que presente síntomas de fallo si tiene más de 50.000 km, tras los cuales se debe llevar a cabo una revisión. En los talleres de Midas puedes hacer gratis una revisión visual que incluye los siguientes puntos de control:

Control del funcionamiento del sistema de embrague.

Control de cualquier rastro de fugas, ruidos.

Funcionamiento de la palanca de cambios.

Inspección visual de los elementos de transmisión.

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