Las principales ciudades españolas están colapsadas con tanta nieve, algo que ha pillado por sorpresa a más de uno. Ante esta situación, muchos conductores se preguntan si necesitan comprar unas cadenas para poder desplazarse o, en caso de que ya las tengan, cuándo deben colocarlas y cómo se hace.
En estos momentos de temporal las cadenas son necesarias (salvo que el coche cuente con neumáticos de invierno), pero la mayoría de los conductores no sabe cómo ponerlas. La conducción con nieve debe ser aún más cuidadosa, y a la hora de poner cadenas, hay que diferenciar los tipos existentes en el mercado y diferenciar cuáles son mejores según el uso y la conducción de cada persona. Cualquier cadena es fácil de comprar y adquirir en superficies comerciales y talleres, pero según su tipología, el precio varía y se sitúa en unos 30 euros aproximadamente:
Las cadenas más fáciles de colocar son las de tela, además son muy sencillas de llevar, ya que apenas se notan. Sin embargo, hay que encontrar el tamaño exacto para el neumático, porque son imposibles de ajustar y necesitan más cuidados que las metálicas. Hay que lavarlas muy bien después de cada uso y se estropean más fácilmente.
Las cadenas metálicas son las más habituales. Aunque su instalación es más engorrosa, son más seguras y duran mucho tiempo, la prueba es que la mayoría de los conductores se deshacen de ellas cuando cambian el coche. Los expertos recomiendan siempre practicar en verano, con buen tiempo, para que después, en momentos de necesidad y urgencia, sea más fácil. Si hay nieve o frío, es imprescindible utilizar guantes y antes de ponerlas, hay que asegurarse de que no están enredadas. Si es en la carretera, es fundamental no interrumpir el tráfico y señalizar la maniobra con los triángulos de seguridad.
Lo primero es poder quitar la arandela más rígida y colocar una de sus partes por la parte posterior de la rueda, sin que esta la haya pisado. Después, se abrocha el aro de dentro por encima del neumático y luego el anillo de fuera. Es importante chequear constantemente de que las piezas están bien abrochadas y que la rueda no está encerrando la cadena. Por último, hay que cerrar la arandela exterior y sujetar fuerte el tensor, ajustando el sobrante para que no cuelgue. Aunque es costoso, con la práctica se puede hacer más ágilmente.
Una vez colocadas las cadenas, haya hielo o nieve, es imprescindible cumplir las normas de circulación y no exceder la velocidad permitida, tener paciencia y evitar movimientos bruscos. ¡Buen viaje!