Hoy regresamos al pasado para imaginar cómo se viajaba en España durante la década de los 60. ¿Cómo eran los vehículos? ¿Se usaba cinturón de seguridad? ¿A qué velocidades máximas podían circular? ¿Quiénes disfrutaban de un automóvil en aquella época? ¿Qué problemas solían surgir en los trayectos largos?

Conozcamos de cerca la historia de los vehículos que protagonizaron los comienzos de la auténtica motorización en España.

SEAT 600: la marca inconfundible de una época

El famoso seiscientos comenzó a venderse a finales de la década de los 50 y principios de los 60. Aquel vehículo causó furor tanto por su estética como por sus prestaciones, las mejores en el mundo del motor de aquel momento. Conseguir un seiscientos sólo estaba al alcance de la clase media, y aun así los potenciales compradores debían apuntarse en una lista y esperar 4 años para acceder a la compra definitiva o el pago a plazos.

Como anécdota, es curioso saber que las autoridades del momento lanzaron a las mujeres una especie de protocolo que indicaba cómo debían sentarse al entrar al vehículo para “ser decentes”.

Este vehículo cambió el concepto de vacaciones para muchos. Atrás quedaban los viajes en tren u otros medios: ahora muchas familias tenían la libertad de movimiento y podían llevar más equipaje que nunca, ¡y vaya si aprovechaban el espacio! Hoy nos preguntamos cómo podían apilarse familias enteras rodeadas de maletas y bultos por todos los sitios. Recordemos que eran coches de 4 plazas y que lo más parecido al aire acondicionado que tenían era la opción de bajar todas las ventanillas.

Un viaje en el que hoy tardamos poco más de 5 horas, en un SEAT 600 se convertía en un trayecto de 10 horas. La velocidad máxima a la que podían circular estos coches era de 101 km/h (95 kms/hora hasta 1963). Además se realizaban muchas más paradas que ahora, debido a que el motor se calentaba en exceso por ir en la parte trasera y había que echarle agua cada cierto tiempo. El sistema de refrigeración requería revisar regularmente el radiador y llevar tensa la correa del ventilador.

SEAT sacó diversas versiones de seiscientos y también se fabricaron derivados. Sin embargo, en todos ellos reconoceríamos grandes diferencias con los coches actuales: el motor tardaba un buen rato en encenderse, tenían caja de cambios manual de cuatro velocidades, no se podía instalar fácilmente el cinturón de seguridad y el sistema de amortiguación era deficitario si lo comparamos con lo que tenemos hoy.

El mítico seiscientos fue perdiendo protagonismo a lo largo de los años, y fue sustituido por modelos que tenían mejores sistemas de seguridad y de refrigeración, como el Renault 5. Éste tenía un diseño más moderno, permitía la instalación de cinturones cuando se hizo obligatorio su uso y trajo nuevas prestaciones al conductor de la década de los 70. Pero esa, ya es otra historia 😉

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